Tenía nueve años y, mientras la maestra hablaba, él no podía dejar de pensar en las mujeres que había visto en el Folies Bergère, el famoso cabaret parisino. En sus vestidos. Aprovechó la monotonía de la clase para dejar volar su imaginación y dibujó una mujer con medias de red. La profesora lo descubrió. Lo llamó al frente. Le pegó en los dedos y lo hizo pasear por los pasillos del colegio con el dibujo colgado en la espalda para que todo el mundo lo viera y él sintiera vergüenza por lo que había hecho.

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Foto: gentileza Grupo Mass

Ese recuerdo de la infancia, probablemente haya vuelto hoy a la mente del diseñador francés Jean Paul Gaultier, mientras recorría los pasillos de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires, rodeado de aplausos, para llegar hasta el aula magna, en el tercer piso, para recibir el título de “profesor honorario de la UBA” y dar una clase maestra ante más de 2000 alumnos. Unos 700 entraron en el aula mayor de la facultad. Otros tantos se ubicaron en el patio central para seguir la charla desde las pantallas gigantes y los que no encontraron espacio se asomaron por los balcones de la facultad para no perderse la clase maestra del hombre, que en sus 40 años de trayectoria, le puso corpiños de cono a Madonna e impuso la moda de las polleras y el look desmasculinizado en los hombres.

“La única manera de tener éxito es hacer lo que les gusta. Ese es el éxito, no la fama ni el dinero sino haber alcanzado su sueño”, aseguró el francés, que desistió de hablar en su idioma y prefirió usar un ítalo-castellano, para lograr una conexión más directa y cercana con aquella multitud hambrienta de anécdotas y sugerencias. Aquella mañana de su infancia, mientras caminaba por los pasillos de su colegio, Gaultier descubrió la clave de su éxito. En lugar de convertirse en el foco de burlas de sus compañeros, tal como pretendía su maestra, se volvió una fuente de inspiración. No lograron avergonzarlo. En cambio, desde ese día, los otros chicos comenzaron a pedirle que les hiciera un dibujo igual. Su historia cambió. Su popularidad creció. Hasta ese momento, se sentía rechazado en el colegio. Había crecido con su mamá y su abuela, no tenía hermanos, no jugaba al fútbol. Durante aquel paseo, finalmente descubrió que hacer lo que le gustaba era su pasaporte para ser querido y aceptado por los demás. Esa era la clave.

Unos años más tarde, según relató Gaultier hoy ante una emocionada audiencia de alumnos, fue su abuela, que había guardado todos los dibujos de Jean Paul, quien le consiguió su primer trabajo. Se los mandó a todos los modistos de París de aquellos años. Así fue como, a los 18 años, empezó a trabajar para Pierre Cardin, quien terminó siendo su gran mentor. “Es así, a veces es nuestra familia la que nos da ese primer impulso que necesitamos”, relató.

Pareja de perfumes

Por estos días, Gaultier se encuentra de visita en el país como parte de una gira por América latina, por el relanzamiento de su línea de fragancias, Classique y Le Mâle, la pareja de perfumes ícono de la marca: para ellas, el corsé, y la remera marinera a rayas para ellos. Ambas envasadas en una lata de conservas, igual a aquella primera colección de perfumes de sus orígenes que se convirtió en un éxito de ventas.

Hoy, cuando le preguntaron qué significaba el perfume para él y por qué siempre dice que sus fragancias son la puerta más accesible hacia sus colecciones, no dudó. “Un perfume es una primera piel para vestirse. Hay personas que no comprarían mis vestidos pero sí usarían mis perfumes. Y, contradictoriamente, el vestido es lo primero que te sacás cuando te vas a la cama. En cambio, el perfume se va a dormir contigo”, dijo.

Los alumnos presenciaron la charla de Gaultier en el Aula Magna de la FADU y también desde el patio principal y los balcones foto: LA NACION Ricardo Pristupluk

Los alumnos presenciaron la charla de Gaultier en el Aula Magna de la FADU y también desde el patio principal y los balcones foto: LA NACION Ricardo Pristupluk

 

Por si le faltaba algún hito en su vida, Gaultier acaba de convertirse en profesor honorario de la UBA. Este año, cumplió 40 años como diseñador. Desde hace un año, está completamente alejado del pret-a-porter y aseguró que no lo extraña para nada. Después de haber transformado a lo largo de su carrera la cara de la industria de la moda, a principios de 2015, Gaultier canceló sus líneas de ropa comercial para concentrarse únicamente en la alta costura. Hace algunos años, ya había decidido abandonar el diseño de ropa masculina, un camino que había iniciado en 1983, con su primera colección: el hombre objeto. “Hasta entonces, se hablaba de la mujer objeto. Yo quise hacer el hombre objeto para que estuviéramos en igualdad de planos”, ironizó, durante la conversación con alumnos, vestido de negro, con un saco de cuero y una melena color plata.

Toda la clase tuvo un tono cercano y personal. Le preguntaron si es posible hoy para un diseñador formarse de manera autodidacta, tal como hizo él. La respuesta de Gaultier fue un rotundo depende. “La escuela está muy bien, luego hay que trabajar lo más pronto posible, y después trabajar, trabajar y trabajar”.

La periodista Ana Torrejón, responsable de entrevistar al diseñador, le preguntó cómo funcionaba su inspiración en el proceso creativo. “¿Qué cosas te inspiran?¿Cuál puede ser el disparador de tus colecciones”, le preguntó. “La espontaneidad. Por ejemplo, voy por las calles de Londres, veo el rojo de los ladrillos y pienso voy a hacer mi próxima colección en ese color. La observación es el origen y la reacción espontánea es la clave. La idea madre nace como una sensación que se respira y que pasa pero que refleja algo de lo que pasa a la sociedad. Algunos piensan que la moda es algo superficial. No lo es si pensamos que refleja el modo de vivir de una sociedad ¿Cuáles son los conceptos la definen, hoy? Caos, confusión. En lo económico, en lo político, en lo religioso… Vivimos un momento caótico y de cambio”, aseguró.

Influencia punk

“La cultura popular siempre estuvo presente en mis colecciones, mi primera influencia vino del punk. En los 70, mis colecciones transmitían la lucha de una mujer que se ponía en igualdad con el hombre. Por muchos años me inspiraron figuras como Mick Jagger o David Bowie”, relató. “También Madonna, a quien le propusiste matrimonio dos veces”, apuntó la periodista. “Sí, para ella hice ese corsé tan famoso. En realidad no se los hice para ella, sino para un oso de peluche mío. Cuando era niño mi sueño era tener una muñeca. Ese corpiño era mi fantasía personal”, contestó.

Gaultier se despide de los 2000 alumnos que participaron de su clase magistral

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Qué hay en su futuro? Ni ropa comercial, no ropa para hombres. Sólo alta costura y un camino cada vez más enfocado en aquellos diseños de cabaret que lo inspiraron a dibujar mujeres, a sus nueve años. Hace poco le preguntaron cuál era su sueño a alcanzar, si todavía había alguno para el hombre que con sus diseños se rió de los estereotipos sexuales. Dijo que sí, que todavía había uno: diseñar el vestuario de un espectáculo de revista. Y se le dio.

“He soñado con trabajar en un espectáculo de revista desde que era un niño. Y acabo de hacer más de 500 trajes para The One Grand Show, para el teatro Friedrichstadt-Palast de Berlín. Me gustaría dedicarme a hacer trajes para espectáculos. Mi experiencia en Berlín fue fantástica. Diseñar trajes de revista es la libertad total”, aseguró.

Fuente: La Nación

http://www.lanacion.com.ar/1948839-jean-paul-gaultier-dio-una-clase-magistral-y-fue-nombrado-profesor-honorario-de-la-uba?utm_source=FB-LN&utm_medium=Parti&utm_campaign=1948839